Viera y Clavijo siempre es novedad. La picaresca y la actualidad.
Reseña de Ernesto Rodríguez Abad
Rescatar del olvido algunas obras que forman parte del acervo cultural de Canarias es un reto y una obligación para una editorial que quiera ir más allá de la mera reproducción de las modas y los productos diseñados para el consumo.
Un pueblo necesita tener raíces, bases en las que asentar su crecimiento cultural y su propio imaginario colectivo. Viera y Clavijo es uno de esos pilares culturales que debemos tener en cuenta en la educación y en los círculos de debates culturales de las islas.
Diego Pun nos vuelve a sorprender por un camino que es necesario. Vida del noticioso Jorge Sargo es compromiso con la cultura y un reto literario que rescata la primera novela escrita en Canarias de un olvido injusto. No podemos leer y recrearnos en la producción actual sin el anclaje en las lecturas que han abierto un camino en la literatura escrita en las islas.
El cuidado de la edición a cargo de José Antonio Ramos Arteaga y Adán Rocío es una garantía de seriedad y rigor filológicos; por otra parte hemos de añadir la audacia y riesgo de una editorial que tiene en su filosofía el cuidado y rescate de obras de nuestra literatura. Por cierto, la editorial lleva un nombre profundamente relacionado con el autor, ya que fue uno de los pseudónimos que adoptó el ilustre escritor en la época que vivió en Daute.
Destaca en la edición la cubierta elegante, con sabor a una época, las guardas remitiéndonos a las grafías de aquel tiempo, la elección gráfica y el diseño general con el predominio de un color que rememora los manuscritos. El detalle de incluir los dibujos del propio autor es un regalo a la vez que un juego estético de eficacia indudable. Inocencia en el trato y detallista en la ejecución nos retrata una época y una manera de vivir.
Desde el inicio: “Me llevaron a su casa, que a partir de entonces fue la mía. Y como no hay mal que no por bien venga, al no tener hijos me adoptaron con inexplicable contento…”, la novela entronca con la genuina picaresca de la tradición española. El humor, la ironía, el descaro ante la sociedad, la capacidad de análisis nos sorprenden. El pícaro que deambula de un lugar a otro, de un ambiente a otro, nos hace viajar no solo geográficamente, sino también nos descubre los vericuetos sociales por los que transita… Los caminos, las ventas, las calles, los charcos y pesqueros. Y nos adentra en la mendicidad, en la prostitución, en los ambientes corruptos, en mundos poco usuales en nuestra literatura. El hambre, la pobreza y la vida errante confieren a Sargo un aura especial, un lazarillo con aire de las islas, con olor al pescado de los charcos del Puerto de la Cruz; un personaje con especial gracia y descaro a la hora de analizar y poner al desnudo las hipocresías, las miserias y las crueldades de una sociedad que sobrevive y que, por momentos, no está lejos de la sociedad actual.
No solo este aspecto es destacable en la construcción literaria del texto; debemos recrearnos también en la introducción de fragmentos líricos, de versos, de refranero y costumbres, de tipos y arquetipos que ponen de manifiesto una descomunal capacidad de análisis de un joven autor, adolescente precoz y genio de las letras en las islas.
Un libro para mirar la actualidad desde la visión picaresca del mundo que tanto define la literatura hispana; nuestra manera de ser y de vivir, de ver el mundo y de hacer alarde del engaño, del truco y de la trampa. ¿No están más cerca de esos lazarillos callejeros que de los altos pensamientos quijotescos?