Diego Pun Ediciones celebra sus 15 años rescatando la primera novela de Viera y Clavijo
El desdichado muchacho está solo en el mundo. Ni siquiera la suerte le hace compañía. Todavía es un niño cuando decide abandonar su pueblo natal para emprender una serie de aventuras con el único fin de prosperar en la vida, de reformarse y convertirse en un hombre. Pero todos saben que es un truhan, un pícaro, un tunante. Expulsado de todos los oficios, el mundo se ensaña con él y los planes que urde siempre caen en saco roto. Podría parecer que hablamos del Lazarillo de Tormes, pero nada más lejos de la realidad. Esta es la historia de Jorge Sargo, el máximo exponente de la picaresca insular, un hito de la literatura canaria.
Conmemorando sus 15 años de andadura, la editorial Diego Pun ha rescatado del olvido la primera novela jamás escrita por José de Viera y Clavijo, una de las figuras más ilustres de las letras canarias. Con el lanzamiento de Vida del noticioso Jorge Sargo, el sello tinerfeño se mantiene firme en su compromiso por redescubrir y recuperar algunas de las obras que han marcado nuestro pasado literario.
En palabras de su editor, Cayetano Cordovés, “la apuesta consiste en potenciar a autores actuales y olvidados para darlos a conocer no solo en Canarias, sino alrededor del mundo”. Destaca, en este sentido, la importancia de una distribución que abarca “toda España, incluida la península, pero también Estados Unidos, México, Colombia, Chile, y otros países latinoamericanos”. El lugar estratégico que ocupa Canarias como punto de encuentro entre ambos lados del Atlántico es, pese a los diversos retos que ello conlleva, una de las claves de la visión creativa de esta casa editorial.
Un rescate capitaneado por expertos
Nacido en 1731, Viera y Clavijo rondaría los 14 años cuando firmó una obra que conoció la luz por primera y única vez en 1983. De la mano de Goya Ediciones, Jorge Sargo estuvo en el mundo de una forma muy fugaz, ya que lamentablemente, y a pesar de la valentía de sus editores, la editorial cerró. En esta ocasión, sin embargo, José Antonio Ramos Arteaga, catedrático de la Universidad de La Laguna y doctor en Filología Hispánica, se ha puesto al frente del proyecto de actualización del texto original.
Arteaga, además, ha contado con la colaboración del también doctor Adán Rocío Palmero. El manuscrito, que se encuentra en custodia del Cabildo de Tenerife, está albergado en la Casa Lercaro de La Laguna, una de las sedes del Museo de Historia y Antropología. A pesar de que el tiempo, la humedad y la mano del hombre han inferido en detrimento de su estado, las labores de conservación patrimonial de los últimos años han permitido su supervivencia hasta nuestros días, ahora asegurada gracias a su digitalización. Para la presente edición, no obstante, ha sido necesario acudir en reiteradas ocasiones al archivo para garantizar una transcripción óptima del original de Viera.
Para todos los públicos y con vocación universal
A ojos de Cordovés, la propuesta es del todo novedosa. “Hemos editado dos versiones en papel”, explica, “una con vocación de libro-objeto y otra más asequible de bolsillo para estudiantes”. El objetivo es llegar al máximo de lectores posibles y hacer de Jorge Sargo una figura emblemática de la literatura canaria, capaz de trascender al público general. Gracias al trabajo de José Antonio Ramos Arteaga y Adán Rocío, el texto se ha corregido y modernizado, adaptándose a nuestros tiempos. Cuenta, asimismo, con las ilustraciones del propio Viera y Clavijo. Como particularidad, también estará a disposición de los lectores una versión digital donde podrá consultarse el texto paleográfico íntegro, notablemente orientada a los sectores especializados.
“En mi época de estudiante”, confiesa Cordovés, “no tuve la suerte de cruzarme con lecturas cuidadas”. Es por eso que su espíritu como editor se centra en la lectura como deleite, prestando atención a los pequeños detalles de cada publicación y pensando en su divulgación entre el público joven. En esta línea, Estíbaliz de la Cruz realiza una labor comercial fundamental a la hora de acompañar al profesorado en la elección de aquellos títulos que pasarán a conformar su programa de lectura, amoldándose a los gustos y necesidades de los alumnos.
“Jorge Sargo es la primera novela canaria”
“La implicación de Ramos Arteaga ha sido imprescindible”, sostiene Cordovés. Su vinculación con el texto viene de lejos, pues ya había realizado una adaptación teatral unos 20 años atrás. Con esta novela, el equipo de Diego Pun Ediciones espera homenajear y dar visibilidad a la figura de Viera y Clavijo. Más allá de ser el máximo exponente de la Ilustración en Canarias, fue el fundador de la Gaceta de Daute, el primer periódico de la isla, así como el artífice de la primera historia del archipiélago desde dentro.
Para Arteaga, resulta impresionante “ver el pasado de la isla en los ojos de un joven Viera”. Además, estamos ante lo que él considera “la primera novela plenamente canaria”. Si bien existe el precedente, dos siglos antes, de Ninfas y pastores de Henares, no se puede considerar la de Bernardo González de Bobadilla una obra enraizada en la realidad archipelágica. Al ser interrogado acerca del papel de Viera y Clavijo en la cultura de Canarias, responde sin ambages: “Es el papel; sin él la literatura canaria no sería lo que es. Es nuestro polímata”. Adán Rocío, por su parte, señala que “Viera no solo fue muy influyente en su tiempo, sino que se ha convertido en un referente atemporal”.
Los desafíos de hacer presente el pasado
A Rocío Palmero, por cierto, este pintoresco personaje no le era del todo ajeno. Como miembro de la Agrupación de Teatro de Filología de la ULL, fue él mismo quien encarnó al protagonista de la novela bajo la dirección de Arteaga. Incluso llegaron a representar la obra en la Biblioteca Nacional de España en 2019. El joven doctor, además, está ampliamente familiarizado con las labores de transcripción de este tipo de textos; su tesis doctoral versó sobre Aventuras verdaderas de Fray Luis de la Confusión, escrita por Álvarez Rixo y considerada una de las primeras novelas canarias junto a Jorge Sargo.
Con todo, no son pocos los retos que han surgido hasta dar con la versión definitiva del texto. Para empezar, el diminuto formato del manuscrito, que no supera el de una octavilla o breviario, ha dificultado el trato directo con el papel. A ello se suma la pérdida de algunas páginas que han sido arrancadas o que se han desprendido con el paso de los años, así como la calidad del papel y la naturaleza artesanal de la tinta. Entre las labores de modernización del texto del castellano medieval al español corriente, Arteaga destaca los ajustes en la puntuación, la ortografía y la organización sintáctica. Al mismo respecto, Adán Rocío agrega que se subsanan “algunas imprecisiones de la edición anterior” ligadas a la complejidad de la transcripción.
“Es un documento cultural de primer orden para Canarias”
“La precocidad de la novela”, arguye Arteaga, “no menoscaba su calidad literaria”. A su juicio, Viera y Clavijo demuestra “un gran dominio de las técnicas narrativas, aunque resulta natural una cierta inmadurez en el desarrollo de determinados elementos estructurales”. “Él mismo confesó que se inspiró en el Guzmán de Alfarache, la picaresca de Mateo Alemán”, añade el profesor. Existe, por tanto, un puente entre la picaresca continental y el ambicioso proyecto del joven ilustrado. “El pícaro”, aclara, “es un pretexto para incidir en la reforma social”. Es por eso que el héroe sufre en sus propias carnes tantas desventuras: está marcando el camino del aprendizaje y la redención. Como es propio de la época, se trata de una escritura que se inclina a la imitación en un sentido distinto a lo que hoy entendemos por plagio y que, de igual modo, frecuenta los tópicos y lugares comunes.
“Estamos ante un documento cultural de primer orden”, expresa el filólogo con entusiasmo. Y luego prosigue: “La vida cotidiana no ha sido el fuerte de la crónica histórica, pero gracias a Jorge Sargo tenemos la posibilidad de acercarnos al día a día de la isla de Tenerife, de sus costumbres y de aspectos tan interesantes como la religión, la educación, la alimentación o el juego”.
Arteaga mantiene la esperanza de que la divertida historia de Jorge Sargo no solo sea de obligado conocimiento para los jóvenes, sino que también forme parte del acervo cultural y el imaginario canario. Está convencido, asimismo, de que “la riqueza de la trama y los pueblos que atraviesa el protagonista” servirán para fortalecer el conocimiento de la “intrahistoria insular del siglo XVIII”.
La mejor decisión de un editor
José Antonio Ramos Arteaga se lamenta de las “lagunas tremendas que existen en el canon de la literatura canaria”. Lo que, es más, opina que impera el desinterés en todo el patrimonio literario anterior al siglo XIX. Un desinterés que él achaca tanto a los propios investigadores como a los organismos públicos, pero también a los escritores canarios que ignoran o desconocen el pasado artístico de las Islas. “No se entiende cómo una contribución a las letras canarias de estas dimensiones haya pasado desapercibida en los últimos 40 años”, protesta.
Califica la de Diego Pun como “la mejor decisión que podría tomar un editor”, pues significa un paso adelante en la restauración del tejido y la herencia cultural a la que todos pertenecemos. Adán Rocío apunta que es “una apuesta arriesgada, pero contundente” porque aspira a “ámbitos educativos muy distintos, desde adolescentes hasta investigadores”. En su opinión, esta joya olvidada de un jovencísimo Viera da buena cuenta “de la calidad literaria propia de Canarias, que nada tiene que envidiar a la peninsular o hispanoamericana”.
Se dice que, en su tiempo en la Isla Baja, el erudito Viera y Clavijo conoció a un tal Diego Pun, un loco que trepaba a los árboles y narraba historias a los críos. “No hay mejor manera”, insiste Cayetano Cordovés, “de celebrar estos 15 años de trabajo como editorial independiente en Canarias”.
Reportaje realizado por Ricardo Marrero Gil